INCIDENCIA DE LA MALARIA SEGÚN MÉDICOS SIN FRONTERAS




MALARIA (PALUDISMO)

Aproximadamente la mitad de la población mundial está en riesgo de contraer malaria, particularmente los que viven en países de bajos ingresos . La Organización Mundial de Salud (OMS) estima unos 243 millones de casos (85% en la región africana WHO) y unas 863.000

muertes en 2008, de las cuales 89% serían en la región africana de WHO en niños menores de 5 años (1). Un niño muere de malaria cada 30 segundos (2).


Hoy en día existen métodos eficaces para luchar contra la enfermedad: pruebas de diagnóstico rápido y terapias combinadas con artemisinina (ACT). Sin embargo, sólo una pequeña proporción de los enfermos tienen acceso al diagnóstico y el tratamiento que necesitan.

¿Qué es?
La mayoría de casos de malaria está causada por cuatro especies del parásito Plasmodium (falciparum, vivax, ovale y  malariae). De todos ellos, el Plasmodium falciparum es el responsable de más muertes.

El parásito es trasmitido al hombre por la picadura de un mosquito  hembra infectado del género Anópheles, que se lo traspasa al flujo sanguíneo, donde se reproduce. Si otro mosquito pica a esa persona, el parásito infecta al insecto y el ciclo continúa.

Los principales síntomas que provoca la enfermedad pueden ser : fiebre, dolor articular y de cabeza, vómitos repetidos y, en casos severos, convulsiones y coma. Si no se trata a tiempo, la malaria se complica y puede causar la muerte.

¿Cómo se diagnostica?
En caso de fiebre, se debe hacer un examen clínico para buscar otros síntomas, como dolores de cabeza o articulares, que confirmen la sospecha. Para confirmar el diagnóstico, se puede buscar el parásito en la sangre con pruebas de microscopio. Actualmente también existen pruebas rápidas que, en 15 minutos y con una gota de sangre, permiten saber si una persona está infectada sin necesidad de laboratorio.

Utilizar la pruebas rápidas de diagnóstico es importante por dos razones. En primer lugar, un diagnóstico precoz puede evitar que la malaria evolucione a la forma grave y potencialmente mortal de la enfermedad. En segundo lugar, permite tratar solamente los casos confirmados, evitando la aparición de resistencias al medicar a personas con síntomas parecidos que no tienen la enfermedad.

¿Cómo se trata?
La malaria ha desarrollado resistencias a los medicamentos que se vienen usando desde hace años, como la cloroquina o la sulfadoxina-pirimetamina. Actualmente uno de los tratamientos más efectivos son las terapias combinadas con artemisinina (TCA).

La artemisinina es un derivado de una planta china de probada eficacia. De fácil utilización (por vía oral o inyectable), actúa rápidamente y elimina el parásito en sangre más rápidamente que otras moléculas disponibles. Se habla de terapias combinadas porque la artemisinina se administra combinada con otras moléculas todavía eficaces, normalmente la amodiaquina o la mefloquina. Esta combinación se utiliza para prolongar y reforzar el efecto del tratamiento y retrasar la aparición de resistencias.