NUEVO MOSQUITO TRANSMISOR DE LA MALARIA



¿Especie en declive o nuevos hábitos? Esta semana, científicos del «London School of Hygiene & Tropical Medicine» confirmaron el hallazgo, al oeste de Kenia, de un nuevo (y peligroso) mosquito transmisor de la malaria, una de las enfermedades más mortíferas del continente africano. No en vano, en 2010, la Organización de la Salud estimó que este mal se cobró, solo ese año, cerca de de 665.000 muertes.

Comúnmente, los vectores de esta enfermedad son especies del género «anopheles», quienes «descansan» en los hogares durante el día y realizan su picadura durante la noche.

Por ello, los clásicos programas gubernamentales para detener la propagación de este mal, como la pulverización de insecticidas en los hogares y la utilización de mosquiteras, se han mostrado especialmente efectivos en las últimas décadas.

Sin embargo, el insecto descubierto se muestra activo al aire libre y realiza sus ataques poco después de la puesta del sol (más del 65 por ciento de los mosquitos capturados estaban al aire libre, la mayoría antes de las 22:30 horas).

Un hallazgo, que resulta especialmente curioso si se muestra en relación con otro polémico estudio. El pasado año, el Malaria Journal se hacía eco de un informe donde se aseguraba que los mosquitos transmisores de la malaria estaban desapareciendo de la región (por ejemplo, las trampas para capturar a estos insectos en Tanzania contabilizaban más de 5.000 sujetos en 2004, mientras que en 2009 fueron de tan solo 14).

Pese a ello, los propios autores de informe desconocían si los mosquitos estaban siendo erradicados o si retornarían con un renovado vigor. Y ahora, la duda: ¿Se está produciendo una nueva mutación?


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Como destaca a ABC Chris Drakeley, director del centro que ha realizado el hallazgo del nuevo insecto, (el estudio) «es demasiado preliminar» como para decir si las nuevas especies están apareciendo en África con renovado vigor. Para el experto, lo que sí demuestra es «la complejidad de la transmisión de la malaria y la necesidad de vigilar continuamente a los mosquitos para asegurar controles más efectivos».

De igual manera se posiciona a este diario Jo Lines («co-descubridor» de la nueva especie y ex coordinador del Programa de la Organización Mundial de la Salud Mundial contra la Malaria). «La palabra desaparecer es un poco exagerada. Lo que realmente está sucediendo es que, en algunos lugares, se han producido descensos en malaria sorprendentemente grandes. En otras palabras, hemos empezado a elevar los niveles de cobertura con intervenciones eficaces, pero todavía hay grandes lagunas», destaca.

El científico asegura, no obstante, que sería útil tratar de entender (y por lo tanto ser capaz de controlar y promover) estos procesos a los que ahora se prestan poca atención. «Por supuesto, los insecticidas siempre serán un arma importante en la lucha contra la malaria». Pero «no podemos mantener esta guerra química para siempre», añade.